La directora del Taller Protegido, Virginia Guariste, relató en diálogo con GABAL los dos episodios que afectaron al establecimiento en los últimos días. “Nos robaron y nos estafaron, dos cosas distintas, pero en poco tiempo”, resumió.
El primer hecho ocurrió durante la Estudiantina, cuando un grupo reducido de jóvenes utilizó capturas de pantalla falsas de transferencias para simular pagos por promociones de $4.500. “Eran tres o cuatro chicos, siempre los mismos. Compraban la promo del pancho con gaseosa o papas fritas. Mostraban una captura con el monto y el nombre del Taller Protegido, y como había mucha gente y todos pagaban lo mismo, no miramos los detalles”, explicó.
Guariste indicó que la estafa fue descubierta al revisar la cuenta bancaria: “Solo había dos transferencias reales de $4.500. Es decir, usaron capturas para no pagar. En total nos perjudicaron por unos 200 o 300 mil pesos”. Afortunadamente, los responsables pudieron ser identificados.
El segundo episodio ocurrió esta semana, cuando el food truck del Taller Protegido fue violentado. “Rompieron la puerta y se llevaron una freidora, una pava eléctrica y otras cosas. Por suerte, la policía actuó rápido y recuperó gran parte de lo robado. Todo estaba en la comisaría”, comentó.
Sin embargo, los daños fueron importantes. “El aceite de la freidora lo tiraron al pasto. Cada carga cuesta entre 20 y 30 mil pesos. Además, hay que comprar aceite nuevo, ordenar todo el food truck y reparar la puerta”, señaló.
Ante los hechos, desde la institución analizan reforzar las medidas de seguridad. “Vamos a poner una alarma inalámbrica, que cuesta unos 200 mil pesos. Es un gasto más, pero necesario”, aseguró Guariste.
Pese a las dificultades, la directora destacó el compromiso del equipo y el apoyo de la comunidad. “Tras llovido, mojado, pero hay que seguir adelante con fe, porque todo se va a solucionar”, concluyó.
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