El joven jugador de pádel balcarceño, Mateo Rivero, visitó este viernes los estudios de Gabal antes de partir rumbo a Tandil, donde competirá en un torneo de Primera Libre que se desarrollará hasta el domingo. “Hoy y mañana son partidos de zona, el sábado octavos y el domingo cuartos, semifinal y final”, detalló.
Luego de su compromiso en Tandil, Rivero viajará a Buenos Aires para continuar con sus entrenamientos en una academia de alto rendimiento y, en pocos días, afrontará nuevos torneos internacionales en Nicaragua y Curazao. “La valija no se desarma nunca, entre viajes, entrenamientos y competencias casi no hay descanso, pero es lo que me apasiona”, remarcó.
En cuanto a su preparación, explicó que sus jornadas incluyen una hora y media de trabajo físico en gimnasio y cuatro horas de pádel en cancha. También evaluó de forma positiva su temporada, pese a la reestructuración del circuito A1: “Fue como volver a empezar desde cero, ahora el objetivo es sumar la mayor cantidad de puntos FIP para poder jugar una previa de Premier”.
Consultado sobre el pádel argentino, Rivero destacó que “es muy bien considerado a nivel internacional”, aunque señaló que en otros países hay mayor inversión directa en los jugadores.
Sobre sus metas, el balcarceño apuntó a seguir compitiendo al más alto nivel: “A corto plazo, la idea es cerrar el año con más de 100 puntos FIP; a largo plazo, quiero llegar a un Premier y competir con los mejores del mundo”.
Rivero, que comenzó en el pádel a los 11 años, reconoció como referente a Fede Chingotto y remarcó que gran parte de sus trofeos y recuerdos están guardados en su ciudad natal. “Todo vuelve a Balcarce”, afirmó.
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