En la mañana de este lunes, la delegada del Colegio de Martilleros de Balcarce, Carolina Viana, visitó los estudios de GABAL y brindó un completo panorama sobre la actualidad del mercado inmobiliario local, el rol de los martilleros y la importancia de profesionalizar las operaciones de compra y venta de propiedades.
Viana destacó que la actividad de los martilleros y corredores públicos va mucho más allá de una transacción económica: “Somos expansores de comunidad. Ayudamos, asesoramos, resolvemos situaciones cotidianas en algo tan fundamental como lo es la vivienda”.
Consultada sobre cómo se determina el valor de una propiedad, explicó que existen múltiples factores a considerar: zona, orientación, servicios disponibles, antigüedad, estilo y calidad de la construcción. “Hay construcciones antiguas muy sólidas y nuevas con buenas terminaciones, pero nuevo no siempre significa calidad”, afirmó, diferenciando entre propiedades de tipo estándar, base y premium.
Respecto al crecimiento del mercado en Balcarce, señaló que la ciudad se volvió atractiva tanto para residentes como para personas provenientes de Buenos Aires, especialmente luego de la pandemia y la expansión del home office. “Balcarce ofrece algo que no tienen otros lugares: su gente y sus paisajes. Esa sensación de seguridad, de poder dejar la bici en la vereda o la puerta sin llave, es un valor intangible muy buscado”.
Viana también se refirió al impulso que significó el regreso del crédito bancario para dinamizar las operaciones. Contó que fue parte de la primera venta concretada con crédito hipotecario en la ciudad en 2024, y destacó que hoy, si bien existen requisitos a cumplir, “el sistema ya está aceitado”. Aclaró además que es posible actualizar planos si existen construcciones no registradas, siempre que se lo declare desde el inicio del proceso.
Como recomendación para quienes piensan en vender o comprar, Viana fue contundente: “Confíen en los martilleros y corredores públicos. Somos 40 colegiados activos en Balcarce, reglamentados por nuestro colegio. Estamos preparados para asesorar y evitar errores que muchas veces comete gente no profesional”.
También alertó sobre los riesgos de operar con personas no matriculadas: “Tuvimos casos complejos. Uno de ellos, en Los Pinos, terminó con la compra de un terreno de 250 m² cuando se había prometido que tenía 500. Eso no puede pasar. Estudiar y estar colegiado marca la diferencia”.
Al cierre, con emoción, compartió el motivo que la llevó a elegir esta carrera: “Mi padre de crianza era martillero en Mar del Plata. Yo pensaba estudiar medicina, pero la vida me llevó por otro camino. Hoy sé que ayudar a alguien a cumplir el sueño de la casa propia es tan importante como cualquier otra vocación”.
Y concluyó con una reflexión que sintetiza su mirada: “No vendo una propiedad, vendo un viaje. Cada casa tiene una historia que continúa en otras manos. Eso es lo que hace tan especial nuestro trabajo”.
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