El próximo 29 de octubre se cumplirá un año del derrumbe del hotel Dubrovnik de Villa Gesell, donde murieron ocho personas. Entre las víctimas se encontraban Federico Ciocchini, de 84 años, y María Josefa Bonazza, de 79, vecinos del edificio lindero —el Alfio— y oriundos de Balcarce.

Durante el rescate, trabajó la Brigada PUMA USAR de los Bomberos Voluntarios de Balcarce, que participó en las tareas de remoción de escombros y búsqueda de sobrevivientes. Ciocchini murió en el acto, mientras que Bonazza fue rescatada con vida, pero falleció semanas después en el Hospital Municipal de Balcarce.

A un año del hecho, los propietarios del edificio Alfio continúan reclamando respuestas y denuncian que no han podido ingresar a retirar sus pertenencias. “La única vez que nos recibió el Municipio, nos dijeron que no se iban a hacer cargo de la remoción de escombros porque no tenían plata para hacerlo”, señaló Jorge Boero, uno de los damnificados.

Los vecinos se organizaron para denunciar ingresos ilegales al predio, la falta de custodia y control en la zona y la inacción municipal frente a la situación. Además, advirtieron sobre el riesgo de derrumbe del edificio y la presencia de personas merodeando entre los escombros.

Boero agregó que recientemente se conocieron los resultados de una pericia del INTI, que determinó que la estructura del edificio estaba en buenas condiciones antes del siniestro y que el colapso se produjo por las obras en ejecución en el hotel Dubrovnik.

“Todos sabemos que los tiempos de la Justicia son largos, y más cuando involucran al poder”, expresó Boero, al tiempo que lamentó que, a casi un año de la tragedia, las familias no hayan recibido soluciones habitacionales ni respuestas judiciales concretas.

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